El arte de no hacer nada
- patriciapiresencue
- 9 mar 2024
- 2 Min. de lectura

Para los que estamos inmersos en esta sociedad, obsesionada con los resultados, la productividad y preocupados por la competitividad, puede ser una proeza sobrehumana acometer esta gran tarea: la de no hacer nada.
Sin embargo, no debemos desmerecer esta práctica. Practicar el no practicar. Es sano no hacer nada. Si miramos a nuestro alrededor, en la naturaleza todo va mucho más lento. Las hojas de los arboles que mecen con el viento, los animalillos... van a un ritmo lento. Sólo hay que observar a un león en la sabana, la mayoría del tiempo qué hace? Nada. Y así está bien. Él sabe que cuando sea necesario tendrá una actividad y desde luego la hará.
En los seres humanos todo es cuestión de voluntad o elección. Obviamente si tienes que trabajar para llevar adelante tu vida, no hay opción. Pero en Objetivo 21 apostamos firmemente en ayudar a las personas a encontar un trabajo que les apasione y que por su puesto,les de tiempo libre para poder disfrutar luego.
Pero, hay muchas personas a las que esto les resulta muy difícil. Workaholic, se le llama. Adicta al trabajo, al hacer, al producir, al movimiento...porque sino nos sentimos mal. Obviamente habrá mucha gente que lea esto y no se sienta identificada. Esta última parte de la sociedad despreocupada por no hacer nada se da porque 1) tienen tan poco tiempo libre que por supuesto se sienten merecedoras de disfrutarlo; o 2) se enorgullecen de ser despreocupadas. Sin embargo para la cuestión número 1 vuelvo a remarcar que la solución primera es encontrar un trabajo que apasione a la persona y le deje más tiempo libre. Para la cuestión 2, bueno, digamos que esa despreocupación momentanea del principio puede crecer exponencialmente si tiene asuntos pendientes, y tener que verselas irremediablemente después con un problema mayor. Digamos que para solucionar el problema de disfrutar el no hacer nada, la cuestión no es no pensar y "pasar de todo". Tampoco renunciar al ansiado tiempo libre de desanso. Cómo solucionarlo?
Para todo necesitamos tiempo. El tiempo es limitado, sabemos que tenemos 24 horas ineludibles. Hagamos lo que hagamos. También sabemos y somos muy conscientes de ello que el tiempo es muy subjetivo. A veces pasa rápido o lento, y a veces podemos realizar las cosas en tiempo récord. Soy muy partidaria de hacer listas con las cosas pendientes de hacer y marcar una espacio en el que sepamos que debemos realizar esas tareas. Lo que no es tan habitual es marcar un horario para no hacer nada. Y es precisamente lo que propongo ahora. Por qué no marcar un listado de las cosas pendientes, e incluir en el listado otra gran actividad: la de no hacer nada? De esta manera podremos disfrutar tranquilamente de ese tiempo sabiendo que nuestro trabajo ya está hecho, y que lo que estamos disfrutando es un merecido descanso. El placer de no hacer nada tendrá un sabor muchísimo más agradable si sabemos que hemos realizado nuestras tareas previamente y si hemos reservado un tiempo en la lista para nuestra recompensa. ¡Miremos a las avutardas con todo el orgullo y placer! Disfrutemos tranquilamente de eso: de no hacer nada.
Comentarios